martes, 8 de septiembre de 2009

A un poeta



A UN POETA…

No hay poeta, ni habrá sobre la tierra,
que acaricie mejor el sentimiento;
enarbolada hoguera en ardimiento
sublime pasión de amor encierra.

Es fina la madera que utilizas
para encender el fuego apasionado
de caricias ardientes, abrasado;
resurgente fervor entre cenizas.

Son fríos los inviernos sin tus versos;
no hay rama, ni corteza que resguarde
al triste corazón abandonado.

Pues sueña con sentir tus universos;
llegando hasta el inicio donde arde
ese bello poema recitado.

Ángeles Conde ©



El candor que engalana tus poemas,
no precisa más digno comentario
que el dejar que los versos, cual rosario,
uno tras otro, rompan los esquemas.

Pues tú imprimes de magia los fonemas,
como el trino meloso del canario;
tus palabras no tienen calendario
pues resisten el tiempo como gemas.

La metáfora envuelves con fragancias
que recuerdan a flores de verano;
son jardines de mil exuberancias.

Y si sientes al mundo muy lejano,
sólo deja que el verso que tú escancias
embellezca la copa de mi mano.

Antonio Pinedo ©



¡Quién pudiera ser pluma de poeta!
El cálamo que suave se desliza
a través de su mano, y se cobija
al calor de sus dedos, cuando sueña

que existe un universo con estrellas,
y la luna entre gasas…, le cautiva.
¡Quién pudiera imprimir en la cuartilla
la sangre!, mientras danza entre sus letras.

Testigo fiel de embrujo cada noche,
del apasionamiento en la palabra,
elevando su espíritu sensible

a cubrir los anhelos, que se esconden
en el fuego de amor, tras su mirada,
y plasmarlo… en el verso más sublime.

Ángeles Conde ©

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